sábado, 27 de abril de 2013


Hoy, 27 de abril, a tres años del ataque paramilitar contra la caravana humanitaria que se dirigía a San Juan Copala, dónde resultaron asesinados nuestra compañera y hermana Bety Cariño y el activista Jyri Jaakkola, no olvidamos.

Responsabilizamos a los tres niveles de gobierno de los asesinatos de Bety Cariño y Jyri Jaakkola. Todos son responsables de que sus vidas nos hayan sido arrebatadas. Todos son cómplices por encubrimiento, por permisión, por omisión, por garantizar la injusticia y la impunidad. Todos merecen un castigo ejemplar, porque estamos hartas de que la vida de las activistas y luchadoras sociales, sea moneda de cambio en sus demagogias para ejercer el poder. Todos son responsables de la escalada de violencia que vivimos, de la persecución y la criminalización.

No olvidamos que las principales víctimas en este fuego cruzado han sido y siguen siendo las mujeres. Las que se quedan, las que resisten, las desplazadas, las que mantienen los plantones y las que caen bajo las balas. Mujeres sin rostro, sin nombre, pero que están aquí. No olvidamos que en México nos jugamos la vida cada que emprendemos una lucha, hacemos una denuncia, nos manifestamos. No olvidamos que la defensa de los derechos humanos, la lucha por la dignidad y la libertad son resistencias incómodas para el poder.

Hoy, a tres años de su artero asesinato, recordamos a la luchadora, activista, compañera solidaria, amiga, Bety Cariño sigue presente entre nosotras. El camino que ando, la lucha que emprendió y sus sueños de justicia y dignidad, son tareas que nosotras, feministas, activistas, asumimos como nuestra permanente lucha contra este sistema capitalista y patriarcal que nos sigue asesinando, que nos sigue arrebatando valerosas mujeres que rompen el silencio, que no se callan ante las injusticias, que luchan por la libertad. Ellas, nuestras compañeras, siguen alzando la voz con su recuerdo y su legado. No olvidaremos porque el olvido reproduce la impunidad y significa una afrenta más para nuestras compañeras asesinadas.

Nuestra exigencia es una vez más: justicia. Justicia para las mujeres asesinadas por ser mujeres, justicia para las mujeres asesinadas por el poder, justicia para las mujeres asesinadas por luchar.

¡JUSTICIA PARA BETY CARIÑO!

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